Hoy se celebra este día, ya van más de 30 años, y en el televisivo La aventura del saber (¿sabéis que existe este programa a las 10 de la mañana?) dedicaron el pasado lunes parte del mismo a este tema, con una entrevista sucinta aunque interesante como presentación a Juan Carlos del Olmo, cabeza de WWF España.
Puedes ver el vídeo con un corto para relajarte en este enlace.
Las amenzas contra el clima
Con este título podíamos ver hace unas semanas como Punset dedicada su programa Redes a este tema, entrevistando a Mario Molina, premio Nobel en 1995, uno de los descubridores de la relación entre el desgaste del ozono estratosférico y la contaminación, tema sobre el que ahora hay cierto optimismo. En la charla hacen un análisis de nuestra influencia sobre el clima del planeta:
Además de la entrevista, se intercalan explicaciones básicas con esquemas que os vendrán bien para recordar algo sobre este tema.
La huella ecológica: un programa especial
Y tiene de especial, además de su buen resultado para explicarnos este concepto, que su presentadora, Palma Barbancho Mena, fue alumna de nuestro centro allá por los primeros años del mismo en el barrio, y a la que felicitamos desde aquí:
Energía eólica en España
La producción de energía eólica en España es la segunda de Europa y la cuarta del mundo. En 2010 cubrió el 16,6% de la demanda eléctrica y se consolidó como la tercera tecnología que más aporta, tras la nuclear y los ciclos combinados. En algunos momentos es la que más produce, como el 9 de noviembre, cuando cubrió el 46,65% de toda demanda energética española. Sin embargo, este liderazgo está en riesgo: en 2010 se ha ralentizado su crecimiento, el menor en siete años…
Así empieza el reportaje que desde Consumer realiza Alex Fernández Muerza sobre la situación de esta actividad energética en nuestro país.
Continúa su lectura en este enlace.
Especial Prestige
22 años después…
… vamos a recordar una de las mayores tragedias de vertidos petrolíferos en el mar, Sergio González nos trae la noticia desde el diario EM, que la recordaba el pasado año:
El petrolero Exxon Valdez zarpó el 23 de marzo de 1989 y el 24 de marzo golpeó un arrecife, provocando un enorme daño sobre una gran superficie de la costa de Alaska. La cantidad de petróleo derramado fue unos 41.000 toneladas, se cubrieron de crudo unas 460 millas cuadradas. Se dañó el hogar de una fauna abundante y espectacular; una gran cantidad de animales murieron, incluido miles de aves marinas y nutrias marinas. Limpiar todo esto costó unos 2.1 billones de dólares, aunque algunas zonas aún siguen contaminadas. Las causas de la ralentización de la biodegradacion aeróbica de los restos de crudo acumulado después del naufragio son las bajas concentraciones de oxígeno y nutrientes en las capas inferiores de las playas de Alaska. Este desastre fue unos de los peores en la historia medioambiental debido a que contaminó una gran superficie, mató muchos animales, afectó a la industria pesquera y perjudicó la economia de Alaska.
Durante los primeros cinco años desapareció un 70%, pero hace siete u ocho años se comprobó que el petróleo se había limitado a disolverse y se estimó que unas 76 toneladas de crudo seguían diseminadas por las costas.
Debido a la catástrofe se llevo a cabo un proceso de limpieza, que se dividió en tres fases: la fase de respuesta fue coordinada por el Servicio de Guardacostas y el Departamento de Conservación Ambiental. También algunas agencias federales y estatales y las comunidades locales. La fase de evaluación de daños y de restauración, estas acciones fueron llevadas a cabo por el Estado de Alaska y tres agencias federales. La fase de restauración quedó recogida en el llamado Memorandum de Acuerdo.
Los investigadores, dirigidos por Michael Boufadel, director del Centro de Desarrollo de Recursos Naturales y Protección del Colegio de Ingeniería de la Universidad de Temple intentaron averiguar a que se debió esto y concluyeron que las playas tenían dos capas, una superior muy perrmeable y otra inferior que se había mantenido poco permeable, por tanto, el agua discurría más deprisa en la capa superior que la inferior y ésta se había hecho más compacta debido al movimiento de las mareas. Ello ocasionó una especie de efecto de preservación del petróleo, que normalmente se mantiene solamente a unos centímetros por debajo de la separación entre ambas capas.
Boufadel afirma que el oxígeno y los nutrientes son obligatorios para la supervivencia de microorganismos que se alimentan del crudo y colaboran en su biodegradación, pero que si esas concentraciones no son las apropiadas debidas al bajo movimiento de agua, la biodegradación que se esté produciendo probablemente sea anaeróbica, que habitualmente es muy lenta.
Para recordar esta tragedia y sus consecuencias, así como ha evolucionado esta problemática en las últimas décadas podéis ver este documental emitido el pasado año por RTVE.
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Rivers in crisis
La imagen corresponde a una portada de la prestigiosa revista Nature, en septiembre del pasado año, en la que se presentaba un estudio global realizado por investigadores de The City College de la Universidad de la Ciudad de Nueva York y de la Universidad de Michigan. Era la primera investigación de tales dimensiones que se presentaba sobre la salud general de los ríos del planeta. En este enlace al diario EM podéis ver algunos de los datos que se daban, además de explicar la dificultad del estudio, o algunas faltas de datos, así como la dependencia de la salud de los ecosistemas y el consumo humano, señalando como principales factores de impacto los residuos agrícolas, la contaminación química y las especies invasoras.
De postre podéis tomar este artículo relativo a un estudio de Greenpeace donde se analiza la sitación que teníamos en 2005 en nuestro país.
Sé que aún tenéis hambre así que échale un vistazo a este artículo de 2008 en donde se analizaba la situación en la cuenca del Guadalquivir.
Perforaciones petrolíferas profundas
En los últimos 25 años hemos pasado de perforaciones petrolíferas oceánicas a profundidades máximas de 200 metros, a las actuales de 3 kilómetros (mira la imagen). Los problemas que pueden surgir se han podido vivir recientemente en el golfo de México. Un reportaje desde BBC Mundo no proporciona las claves de los peligros y las soluciones de esta situación; en él encontrarás algunos otros enlaces de interés.
Acuíferos y arsénico
Tampoco es un tema nuevo y ya lo conocimos en los años 90 del siglo pasado en Bangladesh; mira el enlace y podrás ver otras zonas afectadas, como la Córdoba argentina. Hoy conocemos los dramáticos datos del delta del río Rojo, en Vietnam, gracias al diario EM, donde estos son algunos de los párrafos que podemos leer:
…el 65% de los pozos de suministro vietnamitas están contaminados por elementos químicos: hasta un 27% tienen niveles de arsénico dañinos para el ser humano y un 44% de manganeso, según los límites marcados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
…los usuarios que no acceden a la red pública de suministro, al menos siete millones de personas, practican pozos que ya han alcanzado acuíferos del Pleistoceno que se contaminaron en los últimos 11.000 años debido a una migración vertical de arsénico.
En el caso del arsénico detectaron que casi un millón de personas consumen agua contaminada con más de 50 microgramos por litro, cuando el límite máximo son 10 (ver el mapa de la parte inferior). Pero son siete millones los que etstán en grave riesto de envenenarse porque la alta concentración se extiende en 20 kilómetros a lo ancho del delta, donde no hay más agua potable disponible que la subterránea.
En el anterior enlace al diario que se cita tienes más información y cuáles pueden ser la posibles soluciones.
Dioxinas en los alimentos
Las primeras noticias recibidas desde Alemania sobre la contaminación de los alimentos por dioxinas nos recordaron a los menos jóvenes el caso de Bélgica en 1999. Las posible fuentes contaminantes son variadas: la arcilla utilizada en la selección de patatas para piensos, el humo producido al quemar basuras (sedimentan después fácilmente), los procesos de extracción de la gelatina de los huesos de animales… siempre en relación con procesos de combustión en los que se utilizan productos clorados.
Recomendamos de nuevo el monográfico de Consumer sobre este tema.
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