Pasada ya la fiebre tras la noticia, mientras que vamos readaptándonos a ¿vivir sin petróleo?, Cristina Muñoz (2ºA Bach) hace esta entrada sobre las medidas de ahorro energético tomadas recientemente:
Como ya sabemos, desde el pasado 7 de marzo el límite de velocidad ha sido reducido de 120 a 110 km/h. Esta medida que, según Rubalcaba, será circunstancial, estará vigente hasta que la crisis energética se recupere. Así, si un radar capta que se han superado los 110 km/h, la multa por la infracción será de 100 euros, aunque solo se perderán puntos del carnet si se superan los 151 km/h. Además, este nuevo límite de velocidad ha suscitado otras discusiones como por ejemplo el dinero empleado para cambiar las miles de placas de prohibición de 120 km/h, y todo ello ha provocado la oposición de muchos conductores.
Esta medida ha sido impuesta para el ahorro de combustible, aunque no se sabe si es muy acertada. El Gobierno apunta a que es necesario ahorrar ante la subida histórica del precio de la gasolina que estamos teniendo, aunque mucha gente piensa que por rebajar el límite de velocidad solo 10 km/h, no sirve para mucho. También hay mucha gente que está de acuerdo con la nueva ley, pues piensan, además, que si hay menos velocidad también será más bajo el número de accidentes, aunque los accidentes más graves han sido por superar los 120 km/h.
Según los políticos, lo hacen para ahorrar un 15% en gasolina y un 11% en gasóleo. Esos porcentajes son imposibles, la clave del asunto es que solo una pequeña parte del consumo total de gasolina y gasóleo lo hacen en España vehículos a más de 120 km/h, porque la mayor parte del tráfico es urbano o metropolitano. Para que fuese como dicen el ahorro de los vehículos que van a 120 km/h o más tendría que ser espectacular ( 2 o 3 veces más).
Pero la bajada del límite de velocidad a 110 km/h no debería ser la única medida para el ahorro de combustible. Además de otras medidas que se han tomado, los consumidores, las instituciones y las empresas deberían llevar a cabo algunas, como un estilo de conducción ecológico, el uso de transporte público, la apuesta por las energías renovables, la reducción del consumo de productos derivados del petróleo y en general, la apuesta por hábitos de vida más ecológicos.
La velocidad de un vehículo no es el único factor que influye en el consumo de combustible. El Ministerio de Industria ha reconocido que bajar a 10 km/h, solo supondrá un ahorro del 3%. España podrá ahorrar unos 800 millones de litros de gasóleo y casi 2000 millones de litros de gasolina si los conductores asumieran una forma ecológica de conducir. Esta cantidad equivale a 160 euros anuales por automovilista, que entre los transportistas alcanzan 2000 euros