Entrada realizada por Eduardo Gañán (2ºA Bach).
Compañeros, ¿sois conscientes de la cantidad de árboles que han sido talados para poder imprimir las papeletas con las que se ha votado en las últimas elecciones, en la que algunos nos hemos estrenado? Nada más y nada menos que unos 22.300 árboles adultos. Todo ello para imprimir los más de 908 millones de papeletas y sobres que imprime el Estado, a las que debemos sumar todas aquellas que encargan las diferentes formaciones políticas.
Como habéis podido observar, si habéis ido a votar o si habéis acompañado a alguien, el voto es aparentemente tradicional, es decir, solo basta con introducir la papeleta en la urna. Pues no. Detrás de todo ello hay 11000 PDA que ayudan a los componentes de las mesas electorales y que facilitan la labor de escrutinio y de información. Si esto es así ¿podríamos haber evitado la muerte de todos los árboles que ha sido necesario talar?
Pues sí. Es posible, y es posible ya. Me explico. Podemos actualizar nuestro voto de diferentes maneras:
- Una de las propuestas que existen es la de la implantación de un voto totalmente electrónico que se realizaría a través de un equipo con conexión a Internet. Para ello el elector se debería identificar con el DNI electrónico, pero uno de los principales problemas, es que no existe la posibilidad de confirmar que la persona sentada frente al equipo es el verdadero elector.
- Otro sistema es la utilización de una urna electrónica. En este caso estaríamos ante un voto presencial, al igual que el actual. En lugar de introducir tu candidato elegido en la urna solo se deberá marcarlo en una pantalla táctil. Este sistema se complementa en algunos casos con la impresión de una papeleta-recibo que confirma el voto que se deposita en una urna.
- Por último, existe la posibilidad de un voto tradicional pero de recuento informático. En este caso el voto se ejercería sobre una papeleta en la cual están impresos todos los candidatos a elegir (un estilo a la actual papeleta sepia para elegir a los componentes del Senado). Esta papeleta se introduciría en una urna que mediante potentes escáneres se contabilizarían.
Como veis compañeros, no nos hace falta tecnología alguna, ya la tenemos; no nos hacen falta ensayos puesto que ya los ha habido (el último durante el referéndum de la Constitución de la Unión Europea en el año 2005); solo nos queda la reforma de la Ley Electoral.
Conclusión a pesar de múltiples promesas electorales contra el cambio climático, la deforestación, el cuidado del medio ambiente realizadas por todos los grupos políticos, ha sido la naturaleza, la aparentemente “niña mimada” de la campaña, la más perjudicada.