Azahara Arquillo se asoma a los programas medioambientales de algunos partidos:
Pasó el 22 de mayo y cada uno de nosotros apostó, con su voto, por una u otra candidatura política. Las candidaturas han venido precedidas por la elaboración de sus respectivos programas electorales, realizar uno de éstos no debe ser muy difícil teniendo en cuenta que la frase más pronunciada estos últimos años por las ciudadanas y ciudadanos ha sido “crisis económica”.
Así, el programa del PSOE nos hablaba de desarrollo de la economía social, control de la sumergida, autoempleo, industrialización, tecnología y presupuestos municipales, fundamentalmente.
De la misma manera, José Antonio Nieto (candidato por el Partido Popular) en una entrevista realizada por el equipo de “periodismo para el cambio” comentaba: “Todas las medidas que se contemplan en el programa electoral del PP están enfocadas a generar empleo” y “Vamos a impulsar un Plan Integral de Marketing que desde el aprovechamiento de la marca Córdoba aborde aspectos como el posicionamiento internacional de la ciudad, la captación de inversores, la fidelización de empresas nacionales y extranjeras radicadas en la ciudad y la apertura de nuevos planes estratégicos”
La cuestión que se nos plantea ante todo este panorama es si la crisis económica va acompañada, irremediablemente, de una crisis ecológica ¿Por qué nuestros candidatos a la alcaldía de Córdoba no abordan el problema desde la sostenibilidad? ¿Se trata ésta de una palabra poco popular? ¿Por qué nuestra naturaleza no puede ser el objetivo fundamental de un programa electoral, la base de la pirámide, la raíz del árbol que lo sustenta todo?
EL partido ECOLO es el que más se acercaba a esta idea y todos los apartados de su proyecto (ya sean de empleo, cultura, convivencia, ciudadanía…) tienen una base medioambiental.
El resto de partidos solo han dado unas leves pinceladas a la sostenibilidad (pinceladas que se convierten en subapartados o apartados completos cuanto más a la izquierda nos vayamos). IU propone “huertos urbanos en aquellos solares municipales que lo permitan” o “campañas de ahorro de agua, energía y reciclaje” no muy definidas.
Algo más concretos en este aspecto se muestran los representantes del partido político Por Un Mundo Mas Justo que hace propuestas más específicas para la reducción de la contaminación, la creación de un Plan Integral de Fomento de Bicicleta, el incremento del uso del agua aumentando en un 20% la cantidad de agua reutilizada, que el 100% de viviendas tengan contadores de agua, tener un límite máximo de consumo de agua por habitante, sustitución del 40% de instalaciones o semejantes que emiten CO2 o consumen combustibles fósiles por energías renovables y eficientes, introducir criterios ambientales en el 100% de los pliegos de contratación de obras, etc…
Pero, como podemos ver, pocos son los que han apostado plenamente por nuestro medio natural. Cuanto más afectados estamos por la crisis económica más escabullen nuestros políticos los objetivos que en un determinado momento aceptaron en el Protocolo de Kyoto. Todos sus esfuerzos miran hacia el mercado financiero olvidándose de la salud del planeta y de las personas que habitamos en ella, siendo éste un error importante pues proteger nuestro medio ambiente es una inversión a largo plazo para mejorar la calidad de vida de las ciudadanas y ciudadanos, pero imagino que es un largo plazo del que no disponen los políticos y requiere de una paciencia con la que no contamos muchos votantes.
Solo espero que en un futuro próximo no nos veamos abocados a “invadir”, desesperados, otras culturas o civilizaciones para quitarles su valor más preciado (y que un día también fue el nuestro) por nuestro afán de liquidar los recursos minerales sin tener una perspectiva de futuro como ocurría a los habitantes de Pandora (que sí sabían de la necesidad de interconectar biología y cultura) en la película de Avatar.