Cuando fueron observadas por vez primera realizando estas capturas (que puedes ver en el video) sobre mamíferos, se las bautizó como "ballenas asesinas", aunque su principal alimento son los peces; se puede preguntar a quienes las alimentan en los acuarios y les proporcionan 200 Kg al día. Esta afición al pescado hizo posible su caza durante bastantes años en el mar de Islandia, en los caladeros de arenques, donde se mataba a los adultos y se cazaban las crías (¿cómo podriamos llamar a la especie que hace esto?), hasta que esta actividad fue prohibida en 1991 por el gobierno islandés.

Las orcas no se considera una especie en peligro de extinción, puede verse en muchos mares del planeta; no demasiado lejos, su presencia es muy estable en el estrecho de Gibraltar. Ahora podríamos rebautizarlas como "ballenas contaminadas". Recientes estudios han comprobado que la contaminación interna de estos animales es muy alta, por encima del depredador ártico que se consideraba el que más: el oso polar. Además, al acumularse los contaminantes en los tejidos grasos de las hembras, éstos se trasladan a las crías a través de la leche materna, viéndose afectadas en una etapa muy delicada del desarrollo.

(Información tomada de un artículo de Isaac Vega en el Quercus nº251)