Numerosas y recientes noticias nos ponen de manifiesto la crítica situación del atún rojo y hablan de la necesidad de tomar medidas al respecto, aunque no es exactamente el tema que quiere tratar esta entrada.
Hace un par de semanas, según leíamos en El Blog Verde, se evaluaba la situación por el ICCATT. Entonces pudimos leer otra noticia sobre la rotunda negativa a prohibir el comercio con esta especie en el diario EP («los países de la Unión Europea han rechazado este lunes –19 de octube pasado– la prohibición del comercio internacional del atún rojo del océano Atlántico oriental y del mar Mediterráneo, por lo que Bruselas no podrá proponer esa medida en los foros internacionales, han informado fuentes comunitarias. Una mayoría de países, entre ellos España, se ha opuesto a una propuesta avalada por la Comisión Europea (CE) que, de salir adelante, supondría vetar la venta de ese pescado hasta que dejara de estar en peligro de extinción.») Esta resistencia se oponía a una propuesta realizada por el principado de Mónaco para una mayor protección de la especie en cuestión.
La batalla está abierta hace tiempo, y grupos como Greenpeace denuncian ahora que grupos empresariales están contaminando el panorama informativo, con informes científicos favorables a sus intereses. Tema complicado y de difícil cuantificación sobre el que es difícil posicionarse: ¿son fiables los estudios científicos de este carácter, financiados por empresas con fuertes intereses económicos, que por otro lado están perfectamente legitimadas y justificadas para llevarlas a cabo? Destacamos algunas denuncias o noticias cercanas en las que el asunto ha estado rondando:
- ¿Quiso influir el último presidente Bush sobre opiniones científicas ante el cambio climático?
- ¿Existen «científicos bomberos» para apagar los fuegos no deseables para algunas empresas?
- Los caminos de la ciencia pueden ser inescrutables.
- ¿Puede este tema generar conflictos entre empresas y gobiernos?
- ¿Utiliza la publicidad a veces mensajes engañosos?