Se relanza la ampliación del aeropuerto de nuestra ciudad, tras algún proyecto fallido y en plena crisis, como podemos leer en el Diario Córdoba de hoy:
El Consejo de Ministros declaró ayer la ocupación urgente de los terrenos necesarios para la ampliación de la pista del aeropuerto y para la construcción de su terminal. Esto significa que la empresa estatal AENA tiene ya vía libre para culminar las negociaciones con cada uno de los propietarios de las fincas afectadas, que tienen desde hace meses las valoraciones económicas de dos empresas tasadoras. En los casos en los que no haya acuerdo, AENA tiene ya el permiso para expropiar.
Para conocer las diferentes visiones sobre el tema podéis volver a visitar este artículo de Gerardo Pedrós que ya enlazamos en otra ocasión, o este otro del citado diario sobre la necesidad de esta infraestructura.
Por culpa de unas construcciones ilegales y de un falso aeroclub, ha estado Córdoba sin aeropuerto durante muchos años. INCREIBLE PERO CIERTO.
Al parecer, seguimos decorando nuestro queridísimo planeta con más alquitrán, cemento y demás porquería. En este caso no para construir una supercarretera que conecte con todas las ciudades posibles, ni una nueva autovía con ocho carriles que reduzca 10 minutos el tráfico al que acostumbran escasamente en puntuales días de verano, sino que hablamos de un »posible» aeropuerto nuevo en nuestra ciudad. Sí, es necesario decir posible, pues aunque Andrés Ocaña manifieste que es un proyecto serio, y el Consejo de Ministros haya declarado la ocupación urgente de los terrenos necesarios para la ampliación de la pista del aeropuerto y para la construcción de su terminal, al parecer, la oposición de una minoría a perder su hogar ha hecho amedrentar un poco al gobierno cordobés. Sin embargo, como cita el diario Córdoba, seguramente no haya marcha atrás.
No es que esté en acuerdo con aquellas familias que se quejan de perder su casa, por motivos diversos que no vienen al caso, pero sí que estoy en desacuerdo con el proyecto de aeropuerto en nuestra ciudad.
Los motivos son obvios, como manifista el blog de Gerardo Pedrós, al hablar de cifras en contaminación. Y es que parece increíble que un mero viaje suponga tal impacto en nuestro medio ambiente.
Cabe destacar que no es que mi postura sea totalmente radical en cuanto al trasporte aéreo, pues pienso que es necesario para el desarrollo de nuestra vida, a lo que me opongo es a que un aeropuerto en nuestra ciudad suponga un progreso para nuestra cultura, como declaran en el ya citado diario, pues, creo que hay otros medios que hagan engrandecer a Córdoba sin tener que recurrir a ensuciar más nuestro aire. Y es que, hablamos de una ciudad muy pequeña, en la que la demanda de transporte aéreo puede ser perfectamente saciada mediante otros aeropuertos situados a menos de una hora, como son el de Sevilla y el de Málaga.
Y además, hay otros medios, que pueden suponer mayor evolución de Córdoba, como son la alternativa a las energías combustibles, como hemos ido estudiando en Ciencias de la Tierra y el Medio Ambiente, o la apuesta por el campo de la investigación. Con esto, dicho »progreso» me parece una mera excusa política que, quizás, a algunos pueda motivar. Sin embargo, no es mi caso.