Así podemos llamarla porque no somos conscientes de que la consumimos, pero ¿cuánta agua se ha gastado para fabricar los zapatos que llevas puestos o uno de los microchips de tu ordenador?, ¿cuánta se ha necesitado para que te hayas podido beber un vaso de leche esta mañana?
Además de la que nos aconsejan beber todos los días (tampoco ahora está tan claro), consumimos (de forma virtual) cientos de litros diarios en otras actividades. En este enlace a la página de Consumer tienes bastante información sobre este tema.
También en ese mismo sitio podréis descubrir un concepto ideado no hace demasiados años: la huella hidrológica, semejante al que ya conocéis de huella ecológica, al que le hemos dedicado alguna entrada que otra.
Todos sabemos que el agua es un bien que es necesario para nuestras vidas y que está escaseando mucho, lo que provoca muchas peleas por él entre distintas regiones. Sin ir más lejos, hay una en nuestro país entre Barcelona y Valencia en el que se derogó el trasvase a Valencia y se aprobó el de Barcelona. Los valencianos están disgustados por esto y creen que es una injusticia, pero la realidad es que en Barcelona hace más falta que en Valencia.
En el año 2020 el agua escaseará para más de 250 millones de personas en todo el mundo. Este es un gran problema, pero no basta con concienciarnos en nuestras casas ya que el sector donde se consume más agua es en el agrario y cuando consumimos una sola manzana, no sabemos que para que esa manzana haya llegado a nuestras manos se han necesitado 70 litros de agua. Lo mismo pasa con un simple huevo para el que se han gastado 135 litros o para un par de zapatos (8000 litros). A esto se le llama agua virtual, al agua que se usa para elaborar, empaquetar y transportar los productos que llegan hasta nuestras manos.
La huella hidrológica sirve para considerar el agua total que se consume, aun que este método no es del todo fiable y preciso. Se usa esto para concienciar a la población al igual que la huella ecológica.
En conclusión, nos estamos quedando sin uno de los bienes más preciados que tenemos y seguimos pensando que eso no ocurrirá nunca o que no nos tocará a nosotros pasar por este desastre.