A nuestras iniciativas ecológicas como no malgastar agua, ahorrar consumo eléctrico, racionalizar nuestro consumo, utilizar menos el transporte privado y utilizar la bicicleta y el público, hemos de añadir ahora, y no se trata de una broma, prepararnos un entierro ecológico. Tener conciencia ecológica más allá de la muerte.
Si optas por el ataúd, podrás buscar una empresa que certifique la madera de la que está hecho, o que los herrajes y barnices sean lo menos contaminante posible, o utilizar sudarios biodegradables. Se están también comenzando a utilizar atúdes de materiales alternativos, como cartón.
En el caso de la incineración, nos sorprende la noticia de que en el último dragado del puerto de Barcelona se rescataron 600 recipientes funerarios. Se están comenzando a utilizar materiales biodegradables (cerámica, resinas vegetales…), y pronto tendremos una ley que controle la libertad actualmente existente para esparcir o tirar las cenizas en donde se quiera. En cualquier caso, el riesgo principal son las emisiones de gases contaminantes como el monóxido de carbono, o las de metales pesados como el mercurio y el plomo existentes en los cadáveres.
El sector funerario ya se está poniendo en marcha.