Las Naciones Unidas hacen un llamamiento para no olvidar otro problema ecológico mundial de gran envergadura (no sólo de cambio climático vive el hombre). Según datos de la ONU, la degradación del suelo se relaciona de forma directa con la pobreza, el hambre y la migración forzada y afecta a dos tercios de la tierra cultivable del mundo en donde residen los más pobres.
En cuanto a nuestro país, el 40% del territorio nacional está amenazado por la desertización; distinguir entre este concepto y el del título de esta entrada comienza a no tener sentido pero otro día lo haremos. El problema se concentra principalmente en la vertiente mediterránea y en la cuenca del Guadalquivir; también es importante la erosión de las zonas costeras, provocada por la fuerte presión urbanística y la construcción de infraestructuras que impiden la llegada de sedimentos al mar (sobre todo en las costas de Baleares, Cataluña, Andalucía y Comunidad Valenciana).
En mi opinión el gran problema del momento, junto al cambio climático que es un problema global, es la sequía, principalmente en España. La Cuenca Hidrográfica del Guadalquivir está cada día en peor situación debido a la escasez de precipitaciones que asolan esta zona. Cada año tenemos un invierno más suave en temperaturas y con cambios bruscos como se puede comprobar en estos dos últimos inviernos, en los que incluso ha nevado, y una sequía cada año mayor. Gracias a que se han prevenido los posibles desastres de la sequía, no hablamos de una situación de máximo riesgo, pero si la situación continúa no es seguro que tengamos recursos suficientes.