Más quiere el ruiseñor su pobre nido
de pluma y leves pajas, más sus quejas
en el bosque repuesto y escondido,
que agradar lisonjero las orejas
de algún principe insigne, aprisionado
en el metal de las doradas rejas
Andrés Fernández de Aranda (1575-1648) De "Epístola moral a Fabio"