Pekín

No hace mucho tiempo, a la vuelta de un viaje de Pekín, le pregunté a un amigo qué le había parecido la ciudad y, durante los veinte minutos que duró la conversación, me estuvo hablando de la contaminación y de los efectos de la misma. Habréis escuchado algo sobre la polémica generada en los últimos días sobre cómo pueda afectar  la misma a las próximas olimpiadas; el plusmarquista de maratón,  Gebrselassie, no va a correr esta prueba, debido a este problema, aunque sí lo hará en los 10.000 metros. Algunos países han optado por prepararse lejos de la ciudad. El COI ha dado en los últimas días un espaldarazo a la competición con su visto bueno. Los monzones (que en esta época dispersarán los contaminantes) y la época del año ayudarán también,  pues las calefacciones permanecerán apagadas.

Allá por el 2001 el Departamento de Meteorología de la misma ciudad desaconsejaba incluso el paseo. En este enlace puedes ver algunas fotos para entrar en ambiente. Lógicamente, con este situación el gobierno ha ido tomando algunas medidas para paliar en lo posible los efectos adversos y lucha contrarreloj, sobre todo después de la noticia aparecida en los medios según la cual se estaba ocultando información sobre las consecuencias de la mencionada contaminación. China ha conseguido bajar hasta 91 microgramos por metro cúbico las partículas en suspensión, aún muy lejos de los niveles aconsejados por la O.M.S. 

Desde ahora hasta el 8 de agosto seguiremos teniendo noticias. 

El "papel" de nuestro voto

BlushEntrada realizada por Eduardo Gañán (2ºA Bach).

Compañeros, ¿sois conscientes de la cantidad de árboles que han sido talados para poder imprimir las papeletas con las que se ha votado en las últimas elecciones, en la que algunos nos hemos estrenado? Nada más y nada menos que unos 22.300 árboles adultos. Todo ello para imprimir los más de 908 millones de papeletas y sobres que imprime el Estado, a las que debemos sumar todas aquellas que encargan las diferentes formaciones políticas.

      Como habéis podido observar, si habéis ido a votar o si habéis acompañado a alguien, el voto es aparentemente tradicional, es decir, solo basta con introducir la papeleta en la urna. Pues no. Detrás de todo ello hay 11000 PDA que ayudan a los componentes de las mesas electorales y que facilitan la labor de escrutinio y de información. Si esto es así ¿podríamos haber evitado la muerte de todos los árboles que ha sido necesario talar?

      Pues sí. Es posible, y es posible ya. Me explico. Podemos actualizar nuestro voto de diferentes maneras:

  • Una de las propuestas que existen es la de la implantación de un voto totalmente electrónico que se realizaría a través de un equipo con conexión a Internet. Para ello el elector se debería identificar con el DNI electrónico, pero uno de los principales problemas, es que no existe la posibilidad de confirmar que la persona sentada frente al equipo es el verdadero elector.
  • Otro sistema es la utilización de una urna electrónica. En este caso estaríamos ante un voto presencial, al igual que el actual. En lugar de introducir tu candidato elegido en la urna solo se deberá marcarlo en una pantalla táctil. Este sistema se complementa en algunos casos con la impresión de una papeleta-recibo que confirma el voto que se deposita en una urna.
  • Por último, existe la posibilidad de un voto tradicional pero de recuento informático. En este caso el voto se ejercería sobre una papeleta en la cual están impresos todos los candidatos a elegir (un estilo a la actual papeleta sepia para elegir a los componentes del Senado). Esta papeleta se introduciría en una urna que mediante potentes escáneres se contabilizarían.

      Como veis compañeros, no nos hace falta tecnología alguna, ya la tenemos; no nos hacen falta ensayos puesto que ya los ha habido (el último durante el referéndum de la Constitución de la Unión Europea en el año 2005); solo nos queda la reforma de la Ley Electoral.

      Conclusión a pesar de múltiples promesas electorales contra el cambio climático, la deforestación, el cuidado del medio ambiente realizadas por todos los grupos políticos, ha sido la naturaleza, la aparentemente “niña mimada” de la campaña, la más perjudicada.

 

Basura espacial

Entrada realizada por Bárbara González (2ºA Bach)

Hace unos cuarenta años no era posible llegar a saber la existencia de basura espacial, sin embargo, el espacio exterior que se encuentra rodeando a la tierra está lleno de pequeñas partículas que son un inconveniente para el desarrollo de misiones espaciales existentes y futuras. Esta basura se origina sobre todo por explosiones de los satélites o por partes de cohetes. Otras veces las baterías de los satélites han  estallado accidentalmente o, incluso, se pueden llegar a destruir a los satélites voluntariamente para prevenir que lleguen a la Tierra, como es el caso que ocurrió cuando EE.UU.  lanzó un misil para destruir el satélite espía US 193 para prevenir que sus 450 kilogramos de combustible tóxico llegasen a nuestro planeta. Se estima que aproximadamente unas dos mil toneladas de objetos creados por el hombre se encuentran a unos dos mil kilómetros de la Tierra, siendo la mayor parte de esta masa perteneciente a cohetes o satélites que han dejado de usarse, y una menor parte a satélites en operación. No existen soluciones inmediatas, ni parece que las haya en un futuro cercano a esta acumulación progresiva de la basura orbital.

Independientemente de que se adopten medidas para evitar las emisiones de basuras al espacio, mientras se sigan realizando lanzamientos desde tierra, seguirán existiendo riesgos de contaminación diferida. Sólo queda observar y catalogar la basura existente, hasta que se cuente con tecnología adecuada para proceder a su destrucción sin riesgos ni costes dramáticos.

Fuente y ampliación de la noticia en La Coctelera

El New Flame

Entrada redactada por Eduardo Gañán (2ºA Bach)

Compañeros, como sabréis, si habéis seguido los telediarios durante la pasada semana, se ha hundido cerca de Algeciras un barco chatarrero: el New Flame. Esta tragedia empezó en el mes de agosto del año pasado cuando dos barcos colisionaron frente a las costas de Gibraltar y Algeciras. Según las autoridades de Gibraltar, dado que fue en aguas dependientes del Reino Unido, no había peligro de fuga de ambos navíos: uno cargado de petróleo y el otro de chatarra. En un primer momento se intentó solucionar el problema del barco chatarrero, el New Flame, dado que era el más dañado. Entre las primeras soluciones estaba la de reparar el barco en alta mar o bien remolcarlo a la costa.

Pues nada de esto se pudo llevar a cabo, y  a fecha de hoy ya van más de siete vertidos de petróleo. Pensemos en el daño que causa un accidente de esta índole: el mar queda totalmente contaminado y la fauna se ve claramente afectada con las aves y los peces como principales tipos de animales afectados, al igual que las costas mediterráneas que ven ennegrecidas sus arenas. Además debemos tener en cuenta los daños indirectos: la pesca se verá afectada y la economía de estos parajes stambién. 

Y las distintas Administraciones ¿qué? Solo se dedican a cruzarse acusaciones y a “echarse la pelota al tejado del otro”. Ni la Junta de Andalucía ni el Gobierno de Gibraltar aceptan el problema e intentan poner soluciones (entre ellas las que hemos visto en este último tema de CTMA). Creo que sería más adecuado dejarnos de denuncias y de culpar al otro y poner manos a la obra y arreglar este desaguisado (esto es solo una opinión).

Sumideros para el CO2 en España

En el diario EP del pasado sábado podemos leer que ya se ha pensado, por parte del Ministerio de Industria, en once emplazamiento para situar sumideros profundos del gas CO2 proveniente de centrales térmicas.

La profundidad de los mismos debe ser al menos de 1.000 metros (necesaria para que sea un lugar hermético), con una capacidad mínima de 100 millones de toneladas (aproximadamente el gas emitido por una central de carbón en 30 años).
Este método no convence al ecologismo, pues supondrá una relajación en los esfuerzos mundiales para reducir las emisiones de gases con efecto invernadero.

Ver entrada anterior con gráfico

¿Contaminación acústica en los mares?

Quiero que sepáis que no pienso tocar el tema de la contaminación acústica en los mares, aunque me lo pidáis a gritos. Ya hablamos de la contaminación sonora en la atmósfera, tuvimos suficiente.

No os empeñéis en contarme que los sónares militares, las centrales eólicas marinas o el tráfico de barcos, están aumentando de forma preocupante el ruido que han de soportar los cetáceos. No pienso escucharos. Y menos si me decís que producen sordera, desorientación y que puede estar relacionado con el aumento de los varamientos en los últimos años.

Cállate y visita este enlace. 

Zonas muertas en el mar

Conocemos ya el fenómeno del afloramiento, que produce ricos caladeros de pesca en algunas zonas costeras, debido al ascenso de los nutrientes de zonas frías profundas. Pero no siempre un exceso de nutrientes va a ser positivo. Cuando éstos provienen de la contaminación humana (fertilizantes y detergentes sobre todo), tienen un efecto perjudicial a medio plazo y largo plazo; se llama eutrofización y se suele estudiar al tratar la contaminación de las aguas continentales. El fenómeno llegó hace tiempo también a los mares.

Para saber más