El mercurio, uno de los productos químicos más problemáticos desde un punto de vista medioambiental, es utilizado industrialmente en la fabricación de equipos eléctricos, hornos de cemento, quema de carbon, fabricación de baterías, lámparas, termómetros o barómetros. Aún se sigue utilizando en algunos países para pesticidas o conservación de semillas, entre otros usos. Controvertido también es el uso en las amalgamas dentales, pues desprenden vapores tóxicos, se asegura por la mayoría de quienes lo han investigado que la gente con estas amalgamas no está expuesta a ningún riesgo ya que las cantidades utiulizadas son mínimas.
Este metal puede ser mortal por exposición a dosis altas, e incluso en pequeñas puede generar efectos adversos sobre el desarrollo neuronal, así como en otros sistemas.
Recientemente cinco organizaciones del sector sanitario han participado en la iniciatica EKOSCAN para la retirada de termómetros con este metal en el País Vasco.
En Estados Unidos quieren frenar el problema y el gobierno de Obama ha solicitado un tratado para reducir la contaminación por mercurio. Según esta noticia «unas 5.443 toneladas métricas (6.000 toneladas estadounidenses) de mercurio invaden el medio ambiente cada año, y aproximadamente un tercio es generado por las estaciones eléctricas y la quema de carbón. Gran parte se queda en el océano donde llega a la cadena alimentaria y se concentra en peces predadores, como el atún»