El cardenal Renato R. Martino, presidente del Pontificio Consejo de Justicia y Paz, nos muestra en una entrevista que se publicó ayer en "Il Messaggero" cómo se posiciona la Iglesia Católica frente a los problemas ecológicos. Os mostramos algunas de sus frases tal como las publica hoy el diario EP:
"Tirar una bolsa de basura por la calle es pecado venial, pero quien destruye la Amazonia comete un pecado grave…" "Destruir el gran pulmón verde que es la Amazonia supone dañar a toda la humanidad, no sólo a las poblaciones autóctonas"
Apeló como prueba al catecismo, donde se lee que "la Tierra y sus bienes son un don que podemos usar, mejorar, pero no destruir".
"La naturaleza es para el hombre y el hombre es para Dios; incluso en las consideraciones de las problemáticas relacionadas con los cambios climáticos se debe apreciar la doctrina social de la iglesia, que no avala ni la absolutización de la naturaleza, ni su reducción a mero instrumento".
"La iglesia propone una visión realista de las cosas, tiene confianza en el hombre y en su capacidad siempre nueva de buscar soluciones a los problemas que la historia le plantea. Esa capacidad nos permite a menudo solventar las recurrentes, infaustas e improbables previsiones catastróficas"
El cardenal Martino habló de "problema urgente" y reclamó "un cambio en el estilo de vida, sobre todo en Occidente". También urgió a todos los países industrializados a que alcanzaran un acuerdo planetario para la protección del ambiente. "Los gobiernos de las grandes potencias sólo podrán volver a ser creíbles si logran establecer algo que vaya más allá de sus propios intereses y de su enriquecimiento".
Denunció además "la falta de educación ambiental" y la "falta de percepción de las consecuencias que provoca la contaminación sobre la naturaleza", y dijo que la degradación del ambiente constituía "un insulto a Dios".