Reducir el 10% de los carburantes que utilizamos en el transporte y sustituirlos por biocarburantes nos permitiría evitar la emisión a la atmósfera de unos 10 millones de toneladas de dióxido de carbono. Ello es lo que nos dice un informe que acaba de presentar el Ministerio de Medio Ambiente.
No todas las visiones son tan optimistas. El Movimiento Mundial por los Bosques alertó, el pasado mes de noviembre, que esa idea es errónea, ya que "el volumen que se quema en un año para obtener biocombustibles contiene una cantidad de materia orgánica equivalente a cuatro siglos de vida de plantas y animales". La sustitución de petróleo por biomasa, dicen, "implica la ocupación de enormes extensiones de tierra con monocultivos"… Continuaremos pronto con este tema.