Esperamos que la odisea de este barco acabe pronto y bien, todo lo bien que pueda acabar a estas alturas. En estos momentos se encuentra cerca de la costa y existe incertidumbre sobre qué se va a hacer con él. No estamos bien acostumbrados y cuando vemos estos trasiegos de declaraciones nos ponemos a temblar. Además ayer surgieron las voces de Greenpeace para intentar que se aclare si se trata de una fermentación de la carga, como hasta ahora se había dicho, o puede ser una combustión latente, en cuyo caso los daños ecológicos podrían ser más graves.
Confíemos esta vez en una buena gestión del asunto.