Hace casi cuatro nos sorprendíamos con la noticia de cómo se acumulan los contaminantes en los salmones de piscifactoría. Ahora nos sorprendemos (nuestra capacidad de sorpresa aún sigue aquí) de cómo las piscifactorías pueden influir sobre las poblaciones salvajes de esta especie. Investigaciones llevadas a cabo en el archipiélago de Broughton (Columbia británica) nos muestran que, a su paso por las granjas acuáticas, los salmones rosados pueden ser infestados por los llamados piojos de mar (mira la foto), que normalmente parasitan a los adultos en el océano causando daños mínimos; el problema ahora es que son dañados los individuos más jóvenes, a los que provocan la muerte.
La investigación, llevada a cabo en la Universidad de Alberta, alerta de la posibilidad de desaparición de la especie en pocos años. Las soluciones podrían pasar por hacer gramjas totalmente cerradas o bien trasladarlas lejos de los ríos de paso de esta especie.
La noticia también pone dudas y sombras sobre la posibilidad de que problemas similares puedan afectar a otras especies cultivadas en piscifactorías y puedan afectar a poblaciones salvajes.