En esta noticia tenéis un ejemplo de un proyecto de restauración de zonas de escombreras degradadas provenientes de la actividad minera. Investigadores de la Estación Experimental del Zaidín (CSIC) proponen la implantación «de las especie vegetales de importancia ecológica y económica en combinación con “catalizadores” para la absorción de los nutrientes y con el material de desecho industrial disponible en las cercanías de la mina». La consideración del suelo como un recurso natural básico está detrás de estas investigación, enmarcada en un proyecto global de recuperación de antiguas explotaciones mineras de Andalucía.
Os destaco este párrafo en el que habla de una asociación simbióntica de la que hablamos en clase:
… se trabajará en la producción de inoculantes micorrícicos ecológicos, es decir, soluciones naturales basadas en micorrizas, aquella asociación entre hongos y microorganismos del suelo que aporta a la planta y al suelo la resistencia, los nutrientes y la ‘salud’ que necesitan. También utilizarán plantas premicorrizadas para la rehabilitación dirigida de suelos degradados y de difícil recuperación medioambiental. Según aseguran los expertos, “en este contexto, la reinstauración de la vegetación, ya sea autóctona original (restauración), ya sea de otra alóctona que se introduzca con otros fines (recuperación), juega un papel fundamental en la contención de los procesos de degradación, actuando como manto protector del suelo frente a la erosión e interviniendo en el ciclo hidrológico”.