Con el titular «España se come en cuatro meses su cuota de pesca» (no os lo toméis al pie de la letra), se ofrecía un reportaje de W. Oppenheimer en el diario EP del pasado sábado y, a la manera de la huella ecológica, nos daban este dato estadístico para explicarnos que prácticamente solo la tercera parte del pescado que consumimos procede de la Unión Europea:
A partir del 8 de mayo, todo el pescado que se consuma en España será, al menos a efectos estadísticos, procedente de aguas de fuera de la Unión Europea. O bien procedente de las capturas de barcos europeos en aguas extracomunitarias o pura y simplemente comprado a países terceros. Según un estudio realizado por la New Economics Foundation (NEF) y Ocean2012, los españoles han consumido en poco más de cuatro meses toda la cuota anual que les corresponde de pescado procedente de caladeros europeos, de acuerdo con datos de 2007, los últimos publicados.
Entre los gráficos que nos ofrecen, podéis ver el calendario de esta dependencia pesquera y de las importaciones netas entre 1990 y 2007:
Aniol Esteban, responsable de Economía Medioambiental de la NEF viene a decir que «tendríamos que dejar de pescar cinco años para recuperar nuestros caladeros».
Los portugueses son los mayores consumidores, con casi 62 kilos por persona al año. Pero entre los países más poblados, España ostenta un claro liderazgo, con casi 45 kilos, por delante de Francia (34), Italia (25) y Reino Unido (20); todos ellos muy lejos de Alemania (15) y Polonia (11), frente a una media europea de 22 kilos al año y una media mundial de 17, casi el doble de los nueve kilos que se consumían en 1960.
Especialmente interesante respecto a la problemática los últimos párrafos:
El consumidor no es consciente del problema porque la llegada de pescado de fuera de la UE hace que no se dispare el precio del europeo, a pesar de ser un bien cada vez más escaso. Así, mientras en 1995 la UE capturaba casi ocho millones de toneladas de peces (peso en vivo) en sus aguas y solo algo más de cuatro millones procedían de países terceros, ahora se consume más pescado extracomunitario (casi seis millones de toneladas) que comunitario (cinco millones de toneladas).
Esteban enfatiza que un estudio llevado a cabo hace unos años demostró que la flota británica necesita ahora un esfuerzo 17 veces mayor que hace más de un siglo para pescar la misma cantidad de peces, pese al avance en medios tecnológicos: eso demuestra el brutal deterioro de los caladeros entre entonces y ahora.
Una de las soluciones que se ha buscado son las piscifactorías, pero conllevan, por un lado el riesgo de contaminación y transmisión de enfermedades, y por otro requieren el uso masivo de pescado salvaje para engordar a los peces de los criaderos. Si en el caso de España no se tuviera en cuenta el consumo de pescado procedente de piscifactorías, el panorama sería aún más negativo. Entonces, la dependencia del pescado procedente de países terceros no sería el 8 de mayo sino que se adelantaría al 24 de marzo.