LA TRISTEZA DEL CAMPO

Tristeza dulce del campo.

La tarde viene cayendo.

De las primeras segadas

llega un suave olor a heno.  

Los pinares se han dormido.

Sobre la colina, el cielo

es tiernamente violeta.

Canta un ruiseñor despierto.

Vengo detrás de una copla

que habla por el sendero,

copla de llanto, aromada

con el olor de este tiempo;

copla que iba llorando

no sé qué cariño muerto,

de otras tardes de septiembre

que olieron también a heno.

JUAN RAMÃ?N JIMÃ?NEZ

 

 

 

 

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