Pekín

No hace mucho tiempo, a la vuelta de un viaje de Pekín, le pregunté a un amigo qué le había parecido la ciudad y, durante los veinte minutos que duró la conversación, me estuvo hablando de la contaminación y de los efectos de la misma. Habréis escuchado algo sobre la polémica generada en los últimos días sobre cómo pueda afectar  la misma a las próximas olimpiadas; el plusmarquista de maratón,  Gebrselassie, no va a correr esta prueba, debido a este problema, aunque sí lo hará en los 10.000 metros. Algunos países han optado por prepararse lejos de la ciudad. El COI ha dado en los últimas días un espaldarazo a la competición con su visto bueno. Los monzones (que en esta época dispersarán los contaminantes) y la época del año ayudarán también,  pues las calefacciones permanecerán apagadas.

Allá por el 2001 el Departamento de Meteorología de la misma ciudad desaconsejaba incluso el paseo. En este enlace puedes ver algunas fotos para entrar en ambiente. Lógicamente, con este situación el gobierno ha ido tomando algunas medidas para paliar en lo posible los efectos adversos y lucha contrarreloj, sobre todo después de la noticia aparecida en los medios según la cual se estaba ocultando información sobre las consecuencias de la mencionada contaminación. China ha conseguido bajar hasta 91 microgramos por metro cúbico las partículas en suspensión, aún muy lejos de los niveles aconsejados por la O.M.S. 

Desde ahora hasta el 8 de agosto seguiremos teniendo noticias.