Un pensamiento en “Volcanes

  1. Sin palabras. ¡Qué fotos!, por no hablar del reiesgo que supone…
    Se nota que es un enamorado de la naturaleza, y sobre todo de los volcanes. Me da muchísima envidía que alguien pueda coger una cámara y cápturar e inmortalizar los momentos que, por alguna razón, nos hacen vibrar de la emoción.
    Hay una imagen de la erupción de un volcan que, aún siendo una niña, vi en una película de Walt Disney «Los hijos del capitán Grant» basada en el maravilloso libro de Jilio Verne con el mismo título.
    En ella aparece una imagen de una erupción de fondo y en primer plano a los susodichos intentando caminar por el volcán. Aunque, después de los años, descubrí el secreto de la imagen no me desilusionó. Aún así esa imagen se tuvo que tomar por alguien y comprendí que hay cosas que si te gustán tanto, merecen la pena.
    Tomar este tipo de imagen no es nada fácil. Altas temperaturas, presiones, nube de humo, lava… no facilitan para nada el trabajo. Con lo que nos podemos hacer una idea de lo enamorado que está este señor de los volcanes.
    Aunque las nuevas tecnologías invaden nuestros hogares, creo que me quedo con las cámaras en las que los megapixeles son sólo dos horas ajustando el objetivo hacia donde quieres disparar tu imaginación. Es algo tan personal, que cuando un artista del sector hace una muestra de su trabajo es algo emocionante.
    Cuando sacas una instantánea e inmortalizas lo que nada más verlo hace que el corazón te de un vuelco no sólo estas sacando una foto si no que tambien estás «parando» un momento, lugar, cosa para siempre -o al menos hasta que la foto se pierda, por eso siempre guardo los negativos-, las sensaciones del momento, el olor, el tiempo, la compañía, todo.
    Creo que voy a desempolvar mi vieja cámara, darle la digital a mis hermanas y ponerme a disparar lo que mi alma ve.
    Quién sabe, puede que algún día alguien esté escribiendo en este u otro blog sobre una tal Rosa Osado. jejejejejejeje

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